Innovar para la educación del futuro
Hoy, innovar en educación ya no es una opción. Es una urgencia. La Educación superior está experimentando cambios en todo el mundo.
La educación superior está experimentando cambios en todo el mundo.
Son muchos los fenómenos que están ocurriendo de la mano de las personas y las nuevas generaciones, y las organizaciones necesitan anticiparse.
Las transformaciones sociales, políticas, tecnológicas, demográficas y culturales están ocurriendo más rápido que las transformaciones que las propias instituciones están teniendo.
Al convivir de manera cercana con redes sociales, influencias y figuras públicas no tradicionales, las nuevas generaciones se aproximan de forma distinta a la educación superior. Es una generación marcada por la inmediatez e impulsada por principios. Los estudiantes hoy demandan una experiencia centrada en sus necesidades, cada vez menos transaccional, y que les entregue herramientas para tener un impacto positivo en el mundo con sentido de urgencia.
Por otro lado, la digitalización y la automatización están transformando radicalmente nuestra forma de trabajar y estudiar. Estos avances tecnológicos impregnan todos los ámbitos de la sociedad. Las instituciones de educación superior deberán reevaluar lo que esto significa para la investigación, los programas formativos y el funcionamiento cotidiano, incluida la forma en que se abordarán los dilemas morales y éticos que conllevan.
Con el aumento de la esperanza de vida, los ciclos laborales se alargan y el mercado se mueve hacia un modelo de aprendizaje permanente (lifelong learning), con foco en el desarrollo personal y profesional. Las instituciones deben actualizar sus programas formativos y estructuras organizacionales para responder a esta realidad.
Abordar estos desafíos requiere una transformación organizacional profunda y un cambio cultural que se haga cargo de manera sistémica de lo que está ocurriendo. Desde Unit proponemos contemplar cuatro dimensiones de análisis e intervención:
La organización: ¿Cuál es la estrategia? ¿Qué agenda se quiere impulsar?
Las personas: ¿Quiénes son los usuarios? ¿Qué necesitan y qué anhelan?
Las tecnologías: ¿Cómo aprovechar la infraestructura y las tecnologías disponibles?
Las capacidades: ¿Cómo desarrollar capacidades dinámicas en los equipos para hacer sostenibles las transformaciones?
A partir de nuestra experiencia, hemos identificado al menos cuatro caminos en los que el diseño puede aportar a esta transformación:
Transformar la experiencia estudiantil, redefiniendo la propuesta de valor desde una comprensión profunda de los estudiantes.
Generar sistemas de gestión de innovación, con estructuras de gobernanza y programas que viabilicen los esfuerzos de rediseño.
Planificar estratégicamente el futuro, construyendo una visión institucional que movilice y alinee a los actores clave.
Crear modelos de servicios para la vinculación con el medio, diseñando mecanismos colaborativos que conecten a la comunidad educativa con su entorno y generen valor mutuo.